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martes, 1 de octubre de 2013

GENTE TÓXICA, HABERLA HAYLA


Ayer estuve en una sesión de coaching que resultó muy interesante y que tocó un tema con el que me sentí bastante identificada. Ahora os cuento…

En mi vida, desafortunadamente, ha habido personas tóxicas y muy tóxicas. Y afortunadamente, en este momento, he conseguido reducirlas a la mínima expresión. Una de las personas más tóxicas que he tenido en mi vida intentó durante un par de años manipular mis emociones a través de la culpa y de ese tipo de personas hablaron ayer, de los “meteculpas”.

La frase aquella de “después de todo lo que he hecho por ti y mira como me lo pagas” es la síntesis del/a meteculpas. La culpa es una de esas cosas inútiles que hay que enviar donde se envían las cosas inútiles: a freír espárragos. Si te equivocas, asume tu responsabilidad y pide perdón. La persona que tiene que perdonarte tiene dos opciones: hacerlo o no. Pero no es responsabilidad tuya y, si no quiere perdonarte tampoco puedes hacer nada al respecto. Y lo que no debes hacer por nada del mundo es fustigarte con el látigo de la culpa. Te deja ronchones y hace que pierdas el control de tu vida.

Adan y Eva (Lucas Cranach, el viejo, 1513)
Adan y Eva (Alberto Durero - 1507)
La ponente nos hizo la siguiente pregunta: “El pecado original. ¿Quién fue el culpable?”. Inmediatamente, y en un susurro, no pude contenerme y dije “¡Adán!”. Era medio en broma, medio en serio, pero realmente Adán tenía tanta culpa como Eva de comerse la manzana. Porque la gente es responsable de sus actos y no podemos echarle la culpa a los demás de aquello que hemos hecho nosotros. Adán podría haber dicho “no, gracias, prefiero comer mangos” y quedarse tan ancho. Pero no lo hizo y luego ¿Quién es culpable del delito? Eva en concreto y las mujeres en general. Evidentemente a Adán se le atraganto la manzana, de ahí viene “la manzana de Adán” (ese bultito en el cuello que algunos hombres tienen tan acentuado y las mujeres NO tenemos). ¿Por qué? Porque Eva se comió la manzana y asumió su responsabilidad (y es culpable del delito de comerse SU manzana) y Adán le echo la culpa a Eva pero, en el fondo, sabía que era culpa suya. ¡Caray! Acabo de resolver un gran misterio de la Biblia.

A veces, los meteculpas no se dan ni cuenta de que lo son. Simplemente les es práctico o más fácil culpar a los demás de los errores propios. Ellos se quitan el peso y lo trasladan a su víctima que, si se deja embaucar por la culpa va a caer en un círculo vicioso que cuesta mucho romper. En mi caso, mis meteculpas, creo que no sabían realmente el arma que estaban manejando. La utilizaban por costumbre y habito, porque les acababa dando, en muchas ocasiones, buenos resultados.

Así que, cuando alguien quiera hacerte sentir culpable, no dejes que te cieguen las emociones y analízala. Es probable que te des cuenta de que esa culpa no es tuya. Y si lo es, pide perdón y asúmela. 

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