Una tarde de cine puede ser una tarde de cine o puede ser
una tarde de anécdotas y cine. Ayer ese fue el caso.
Aprovechando aquellas entradas gratis que nos dieron por
hacernos una foto friki y colgarla en Instagram, decidimos ir a ver “Prisioneros”
ayer. Había otras propuestas, pero esta peli la teníamos más o menos bien
puntuada, salía nuestro querido Hugh y bueno… que había que escoger una de la
cartelera. Y de un cine donde nuestras entradas gratis fueran efectivas. Y allí
que nos fuimos.
No fue fácil llegar a la sala. O nosotras eso de la
orientación… porque entramos en la “supuesta” sala, armamos la marimorena para
buscar nuestros asientos, porque se nos fue el santo al cielo mientras comíamos
un delicioso ramen en Udon, y cuando, tras algunos desencuentros, conseguimos
sentarnos… ¿pues no salía Sandra Bullock en la peli? No, en “Prisioneros” no
sale, lo que pasa es que nos habíamos equivocado de película. Evidentemente era
una comedia, porque la gente se reía. Yo insistiéndole a mi amiga que aquello
debía ser un anuncio previo a la peli. Pero nunca habíamos visto un trailer tan
largo y tan completo. Nos habíamos equivocado de sala y eso era patente. En
fin. A lo que vamos.
Conseguimos encontrar la sala y las butacas asignadas
gracias a la señora de la limpieza que fue muy amable (y debió pensar que
estábamos como cabras). Nos sentamos y… 145 minutos de tensión in crescendo. Es
una de las películas más angustiosas y tensas que he visto en muuuuucho tiempo.
Que Jackman hace su papel convincente, si. Que hay intriga, si. Que impactan los paisajes y escenarios, sí. Pero la
angustia de todo el metraje es palpable y te pone los pelos como escarpias. No
sé si esta película volveré a verla nunca más. Las sensaciones que me
transmitió esta película fueron muy inquietantes y ambas salimos de la sala con
los nervios a flor de piel. Nos dio hasta un ataque de risa a la salida, comentando
nuestras desventuras previas, pero era más producto de lo nerviosas que
estábamos que de otra cosa. Porque fue divertido pero igual no para tanto. O sí.
La trama gira en torno a un secuestro y a cómo se enfrentan
unos padres a algo así. Cada personaje se enfrenta a la situación de manera muy
distinta, desde la tristeza a la ira. Las piezas del puzzle van encajando
lentamente, desenredando una trama oscura y repulsiva.
145 minutos mas tarde salimos a un centro comercial prácticamente desierto, con una sensación de desazon y ganas de irnos a casa. Hemos decidido
que, la próxima vez, vamos a ver una comedia.
Hola Susana. He llegado aquí por casualidad gracias al blog "Pescando palabras y redes" y quería felicitarte por tus escritos y tu sensibilidad, a la vez que agradecerte la posibilidad de compartir tus escritos en un blog como éste. Esta película es una de mis "pendientes", hace poco fui al cine y la verdad, es que tal y como están los tiempos, ir al cine debe ser ante una película que realmente merezca la pena. Me gusta la intriga, así que te haré caso (aunque tú no la vuelvas a ver por lo que cuentas). Encantado de visitarte Susana, mi nombre es Jose, y si te apetece encontrarme. Yo también tengo un blog pequeñito y discreto que me encantará visites y a poder ser te guste tanto como yo escribiendo en él. Un saludo, y encantado.
ResponderEliminarhttp://casitodoesefimero.blogspot.com
Hola José, he estado muy desconectada del blog y ni siquiera me había llegado aviso de tu mensaje, pero te agradezco infinito tus palabras y estaré encantada de visitar tu blog!!! Un saludo y espero que desde noviembre del año pasado ya hayas visto la peli :)
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