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sábado, 11 de junio de 2011

TARDE DE NESPRESSOS ¿SE ACABÓ EL NESCAFÉ?

EXTRACTO DE MIS "MEMORIAS ANTES DEL 2012" (HAY QUE ESTAR PREPARADA)



La tienda Nespresso del Bulevar Rosa es de una pijería exuberante.  La entrada impone. No estás segura de que es una tienda de café hasta pasados cien metros (lisos) de las puertas de cristal. Entonces es cuando te detiene, amablemente, un segurata de veintiún botón, te pregunta si vienes a comprar (pones cara de duda) y te dice que tiene que “darte un número”. ¿Para qué? Le preguntas. ¿Te has confundido de sitio? ¿Desde cuándo se necesita un número para entrar en una tienda? Sonrío, le digo que vengo a echar un vistazo y me cuelo alegremente en el inmenso salón.  Me acerco a un mostrador donde dos señoritas vestidas de azafatas de vuelo atienden a los clientes (los que tienen número). Miro los precios, esperando desmayarme sobre las impolutas baldosas, y me sorprende descubrir que puedo comprarme capsulas (que yo siempre llamo cartuchos… como si fueran para la impresora). Y no uno, ni dos… puedo comprarme una caja entera (bueno, una caja de 10).  Incluso, apurándome, comprar dos cajas.

Exquisitamente, aquí y allá, se exhiben cafeteras (como la mía), tazas inmaculadamente blancas, dispensadores de metacrilato para los cartuchos (cápsulas)… Pero no me dejan llegar muy lejos (claro, tengo cara de no llevar número). Un chico, muy elegante con traje y corbata, me pregunta que en qué estoy interesada. Le digo que no tengo ni idea, que me acaban de regalar una Pixie y que quiero mirar los dispensadores que tienen. Me los enseña y, cuando pongo cara de “quiero una cosa algo más discreta”, me señala uno (más discreto) y añade que “es caro”. Claro, le contestó, hay que pagar el anuncio de George. Nos reímos. Yo por costumbre, él porque soy una potencial cliente, aunque me haya dejado la gargantilla de Tiffany’s en casa y vaya de trapillo. Me explica el funcionamiento de la tienda y le digo que no tengo número. ¿No? Pone cara de incredulidad. Le confieso que me he colado y él me dice que no hay problema, que mire lo que quiera y que luego lo vaya a buscar, que me atenderá igual. Jo, qué bien.

La verdad es que los dispensadores no me convencen y comprarme más tazas, por bonitas que sean… creo que no es buena idea. Tengo un armario lleno. Como no localizo al chico que me ha atendido, rondando por ahí, me acerco a un mostrador, pero la azafata me dice que como no tengo número… Así que me voy a visitar al segurata de la puerta. Le digo “dame un número, que no tengo” y no puede creer que haya sido capaz de colarme. Me tiende un número y me indica que debo ir al fondo a la derecha. ¿No puedo ir a cualquier mostrador? Pues resulta que no, que tengo que ir al fondo a la derecha o nada. Otro segurata, más mayor y un poco obtuso (digo yo), me advierte, cuando me plantifico en la zona, frente a mi mostrador: “esté atenta al monitor”. Estoy tentada de preguntarle ¿qué es un monitor? Pero me callo. Igual se piensa que no lo he visto. Si es más grande que la tele de mi casa.

Espero paciente que suene un “prriiiit” y mi número (el A458… aquí es nada) aparezca en pantalla indicándome el puesto donde me atenderán. Cuando suena el “prriiit” estoy despistada  y no me entero de que me toca el 17. Pero resulta que mi “asesor cafetero” es el mismo chico con el que he hablado antes y me llama. O ha cumplido su palabra de atenderme aunque no lleve número o bien es adivino y sabe que llevo el A458. Me decanto por la primera opción pero, igualmente, le tiendo el número. Ves, tengo número.

Me informa que hay un estupendo estuche, en madera noble y blablabla, que es ideal para iniciarse en la cata de café. Pero, cuando me comenta que contiene 250 cápsulas, le detengo. No es que yo sea un hacha haciendo cálculos mentales. Pero si una cajita de 10 cápsulas vale poco menos de 4 euros… aquel artefacto no baja de los 100. Por lo menos. Le informo que tengo un estupendo surtido para probar sabores en casa, pero que quiero comprar algunos concretos. ¿Cómo me gusta el café? Largo y fuerte. Así que me aconseja llevarme este, ese o aquel. Voy lanzada. Escojo tres variedades. No una, no dos… ¡tres! Y cuando me dice que tienen un nuevo sabor en promoción con notas de jazmín… le digo que también me lo llevo. Hoy echamos la casa por la ventana.

Ahora toca hacerme socia del club Nespresso. Le digo que vale y me pide el DNI. ¿Para comprar café también necesita mi número de la Seguridad Social? me pregunto mientras le tiendo el carnet. Para colmo, cuando ya estoy fichada (solo falta la foto de frente y de perfil) me dice que no le quedan tarjetas de socio. Me siento desconsolada pero me promete que la que me enviarán a casa es mucho más bonita. ¡Qué alivio!. Entonces es cuando hago la pregunta clave: ¿me llevo un George Clooney a casa como regalo de bienvenida?. Me asegura que no. No les quedan ni Clooneys ni Malkovichs, pero me puede invitar a degustar un café. Nunca le digo que no a un buen café, le contestó, mientras el señor al que están atendiendo a mi derecha dice que no le apetece tomarse uno. Lo miro de reojo pero, como no es mi tipo, no hago comentario alguno.

Mis cajitas son primorosamente colocadas en una bolsa de papel y el chico me acompaña a la sala de degustación, una mini cafetería muy chic con mesitas redondas e iluminación indirecta. Me invita a sentarme, me pregunta qué café quiero (escojo el de la promoción, a ver eso del jazmín…) y no tarda nada en traerme una de esas impolutas tazas blancas llena de un café soberbio. Mientras me tomo a sorbitos el café, me leo el prospecto que mi asesor me ha dado. Es muy parecido al que venía con la cafetera. No descubro nada nuevo pero me entretengo.

Cuando salgo de la tienda, felizmente cargada con mi bolsa Nespresso y un sabor estupendo a café del bueno en los labios, no hay ningún coche esperándome, con John decidido a apoderarse de mis cápsulas. Ni tampoco me cae ningún piano en la cabeza. Ni siquiera llueve, y eso que tengo un paraguas nuevo en el bolso que aún no he estrenado. 

7 comentarios:

  1. juuu, jo publiqué un comentario i no está!
    pos lo repito.

    L'has clavat!!!!

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  2. Guapa, es que tinc posat el filtro per que no entrin comentaris d'aquest d'anuncis. Vaig decidir deixar que es pogués publicar de forma anònima, però paso de que m'omplin el blog amb enllaços sospitosos. Però ja hi ets!!! Petó!

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  3. Ahh, ok ok!! sorry sorry. :)

    Jo l'he tret al meu blog, i no me n'entra cap d'anunci, ni enllaç extrany.

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  4. Al final, jo també l'he tret perque si no tinc d'estar pendent! esperem que no ens entri tota mena de publicitat no desitjada :)

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  5. He rigut d´alló mes amb la teva aventura a la botiga Nespresso.
    M´has fet recordar la meva primera vegada.....siiii, jo també hi he passat!!!!
    La propera vegada, quedem. Jajajajaja

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  6. Ostres, una visita juntes pot ser el no va más :) M'apunto!!!

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