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domingo, 12 de junio de 2011

¿ESTOY ACUMULANDO SUFICIENTE KARMA?

… ¿o terminaré en un hormiguero como la pobre Kim?

Estos últimos días los he consagrado, a ratitos perdidos, a leer un libro que vi recomendado en Anobii. Como estoy en una época de mi vida que los dramones no son la lectura más adecuada -para dramones, los míos-, me decanté por lecturas refrescantes y llenas de humor. Y esta novela, “Maldito karma” de David Safier, estaba en la línea.

Ayer, a las tantas, terminé de leer el libro y tengo que reconocer que a los tres cuartos de libro la historia se me desinfló un poquito. Se hizo relativamente más seria. Pasó de hacerme desternillar de risa a sonreír discretamente. Y aún así, creo que he disfrutado enormemente de esta historia. Ha llegado en un momento en el que la risa me hace falta y que, aunque no creo en los cuentos con final feliz, agradezco que la historia lo tenga, para variar.

Safier nos narra, en primera persona, las peripecias por las que pasa Kim Lange, una presentadora trepa y egoistona, que no sabe lo que tiene (un marido adorable y una hija encantadora) hasta que lo pierde por culpa de un incidente que involucra a una estación espacial –en concreto un deshecho de esta- y a que ha acumulado mal karma durante su vida.

Acumular mal karma es fácil y a Kim se le da de maravilla: ningunea al marido, desatiende a su hija, pasa por encima de cualquiera para conseguir el éxito y no tiene ningún empacho en ponerle los cuernos al esposo. Y eso, parece ser, se paga. Kim despierta en el cuerpo de una hormiga obrera y, si quiere subir escalones en el reino animal y llegar a ser humana algún día, va a tener que cambiar muchas cosas de su manera de ser para acumular karma.

Aunque reconozco que el papel de Alex, el marido desconsolado, es adorable, que el autor consigue que le cojas manía a la pobre Nina (al fin y al cabo, ella no ha hecho nada malo…) y que la niña es un encanto de hija… los mejores personajes son el Signore y Buda.

El Signore, Casanova, conserva su encanto intacto –y sus ganas de conquistar bellas mujeres…- aunque se haya pasado doscientos años metido en el cuerpo de una hormiga. Pero su encanto no le ayuda mucho en eso de acumular karma. Será Kim y sus deseos de recuperar a su familia lo que harán que Casanova pueda escalar en el reino animal. Codo con codo, Casanova y Kim se las verán con todo tipo de peligros y situaciones y, sin proponérselo, el karma irá subiendo.

¿Somos lo suficientemente buenos para ir al Cielo, al Nirvana o al Valhalla? Ir al Valhalla puede ser interesante, quedan muchísimas plazas libres y a Odin seguro que le haría ilusión tener unos cuantos devotos. Pero ¿y si no lo somos? ¿Regresaremos a la vida en la forma de algún bicho reptante? ¿O será aún peor? ¿Habrán humanos reencarnados entre los E. Colli que decían que portaban nuestros pepinos?

Sed buenos aunque nadie os lo agradezca. Igual un día os lo agradecéis a vosotros mismos y, en vez de cargar con trozos de gominolas por pasadizos subterráneos, volvéis a ser humanos o… con un poco de suerte, vais al Nirvana. Como decían en Poltergeist: “Caroline, ves hacia la luz”. 

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